Lo rico, engorda, lo bonito sale caro.
El sol que ilumina tu rostro, arruga,
y lo realmente bueno de esta vida, despeina.
Hacer el amor, despeina.
Reírte a carcajadas, despeina.
Viajar... volar... correr... bailar... meterte en el mar.... despeina.
Hasta que dudes si fue buena idea
ponerte tacones altos esa noche,
te deja el pelo irreconocible.
Es ley de vida: siempre va a estar más despeinada la mujer que elija ir en el primer lugar de la montaña rusa, que la que elija no subirse.
Puede ser, que nos veamos tentadas a ser mujeres impecables, peinadas
y planchaditas por dentro y por fuera.
El anuncio clasificado de este mundo exige buena presencia;
Péinate, ponte, sácate, cómprate, corre, adelgaza,
come sano, adopta un perrito.
Y nosotras sequimos las instrucciones hasta que un día
nos miramos al espejo,
dejamos el perrito en el parque y decimos:
OK, todo perfecto pero...
¿Cuándo me van a dar la orden de volver a ser feliz?
Ese día nos vamos a dar cuenta que para estar bellas,
nos tenemos que sentir bellas.
¡La persona más bella que puedas ser!
Para eso, las mujeres del siglo XXI tenemos algunos trucos...
- Ya no dejamos que subestimen lo que pensamos...
Y dejamos de subestimar el poder de un buen escote.
para que sean ahora ellos
los que vivan paranoicos con las cremitas,
el pelito y los masajitos,
mientras nosotras nos reunimos con amigas.
Imagínate con un traje de Versace,
o con un traje de montar a caballo
en la cola del supermercado,
o durmiendo con una camisa del hombre de tu vida.
Lo único que importa es que al mirarse,
vean a las mujeres más bellas que puedan ser.
pónganse cómodas, y sobre todo,
dejen que la vida las despeine.
Lo peor que puede pasarles es que,
sonriendo frente al espejo,
se tengan que volver a peinar.
Porque el mundo es hermoso.
Definitivamente hermoso.
Dejemos que HOY la vida nos Despeine...